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Aurora Araújo: «Los fisioterapeutas deberían formar parte de los equipos de oncología»

La decana de los fisioterapeutas madrileños cree que aún existe desconocimiento entre la sociedad y los propios especialistas médicos sobre la labor que desarrollan
Aurora Araujo
Aurora Araújo, decana del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid.

ÁNGEL SALGUERO

Para Aurora Araújo, decana del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid, es importante «visibilizar» la profesión y todo lo que puede hacer por los pacientes. En ese sentido, cree que encuentros multidisciplinares como el inminente III Simposio de Ejercicio & Cáncer + Alimentación que organiza Educa-Med son el foro perfecto para reivindicar su labor terapéutica y estrechar la colaboración con los oncólogos y otros especialistas. Así lo explica en esta entrevista con Educa-News.

Llamada IIISEC
Llamada IIISEC

PREGUNTA.— ¿Qué balance hace de su gestión hasta ahora al frente del Colegio?

RESPUESTA.— Para mi gusto, el balance después de una legislatura y un año añadido que llevamos de la segunda es muy positivo. Se trata de una experiencia que a nivel personal te saca muchísimo de lo que habitualmente hace un terapeuta, porque al final consiste en una representación gestora y política a partes iguales. Yo ya traía un perfil gestor previo, pero nunca había tenido un desempeño político de la profesión y es donde te das cuenta de que realmente se pueden negociar muchas cosas. Para lograr cambios, pequeños o grandes, siempre hay que hacerlo desde dentro de las instituciones y, en este caso, negociando directamente con los actores implicados, que suelen ser pues la clase política o los sindicatos. Es una experiencia positiva también porque hace que te reinventes a nivel personal y le des valor al aspecto institucional de la profesión. Una de las cosas que me gusta mucho es medir, así que hemos reforzado las encuestas de satisfacción entre los colegiados por un lado y también hemos investigado si la ciudadanía va conociendo mejor la fisioterapia. Es importante que la población sepa que la fisioterapia no solamente es músculo esquelética porque aún mucha gente desconoce que el fisioterapeuta no solamente está en el ámbito del dolor, muscular o de otra clase, sino que hace ya muchos años que se trabaja en el ámbito cardiorrespiratorio. Yo en concreto me dedico a la rehabilitación cardíaca, pero he trabajado muchísimo con pacientes ingresados y lo sigo haciendo de forma periódica en mi hospital, en las unidades de críticos. La visibilidad de la profesión ha aumentado mucho, no sólo gracias al Colegio de Madrid, que creo que está haciendo un esfuerzo importante, sino también que a nivel nacional hay muchas líneas de actuación para visibilizarla.

P.— ¿Se sienten reconocidos ya por la sociedad como una opción terapéutica más?

R.— Queda trabajo por hacer, sobre todo en algunos campos que han sido tradicionalmente menos conocidos en España. Por ejemplo, en Francia hay mucha cultura del tratamiento de suelo pélvico y en cambio en España parece que la moda es ahora. Cuando yo empecé, hace ya muchos años, había pacientes francesas que lo venían solicitando en el postparto. Mucha gente tampoco sabe que después de un evento cardíaco lo normal es recibir rehabilitación cardiaca. Siguen existiendo campos que quizás se conozcan todavía menos, pero creo que se ha avanzado mucho, y la sociedad valora la importancia del fisioterapeuta. Lo que no sabe aún en algunos casos es todo lo que se puede aportar. Por ejemplo, en caso de un síndrome vestibular, de un mareo, mucha gente no piensa que lo que tiene que hacer es acudir a un fisioterapeuta una vez se le hace el diagnóstico, igual que si tiene un problema temporomandibular. Hay aspectos en los que todavía necesitamos subrayar la importancia de la labor que se hace.

P.— ¿Piensa que las vías de formación actuales son óptimas?

R.— El nivel de los planes de estudios ha mejorado muchísimo. Ahora, si un sanitario considera que su formación está completa con el grado, debería plantearse su carrera. Nosotros estamos en formación continua y es verdad que quizá estemos entrando en un momento de oferta formativa excesiva, pero realmente ha mejorado mucho y aún puede hacerlo más. De hecho, oficialmente todavía no tenemos reconocidas especialidades, aunque tácitamente ya estamos especializados. Yo no trataría a un paciente con dolor crónico, porque ni es mi campo ni estoy formada en ello, pero podría salir del apuro. De todas formas las cosas no se deben hacer así. Tenemos que llegar a la especialización formal la especialización, porque así se entenderá que —igual que un traumatólogo tiene su función y un oncólogo la suya— algunos terapeutas le vayan a decir que no tratan su rodilla porque no su campo de actuación.

P.— ¿Diría que los médicos se han convencido ya de la efectividad de la fisioterapia?

R.— Uno de los problemas tradicionales de la fisioterapia es que recogíamos pocos datos. Y si no tienes datos es muy difícil que a otro profesional sanitario le convenzas de que lo que haces es importante, aunque vea que el paciente mejora. Porque, además, en toda enfermedad hay algo que se llama historia natural y muchas veces los pacientes mejoran incluso aunque no les hagas nada. Ahora hemos empezado a investigar y a escribir incluso más que antes las historias clínicas. En la mayoría de los hospitales no había nota siquiera de fisioterapia, pero ya se va implementando el que el terapeuta recoja y apunte sus procedimientos y resultados. Es muy importante que sea así: no te pueden tomar en serio si no hablas el mismo idioma. Creo que nos hemos esforzado mucho en unificar nuestro léxico, en registrar los datos en la historia clínica y aportar informes, y poco a poco va calando. Es verdad que en algunos aspectos, si una persona lee que algo es bueno para sus pacientes pero no asocia que tiene al lado al profesional que lo podría hacer —porque no sepa que un fisioterapeuta puede trabajar, por ejemplo, en el sistema vestibular— quizá no le llamen para hacerlo, con lo que es difícil mostrar resultados. En este caso la labor recae sobre todo en los colegios profesionales y las universidades y academias, porque necesitamos jornadas más multidisciplinares para que unos profesionales sepan lo que aportan otros.

P.— Educa-Med celebra en octubre el III Simposio de Ejercicio y Cáncer. ¿Cree que los pacientes se han concienciado ya de los beneficios del ejercicio?

R.— Hay que ver es en qué fase está el paciente. El cáncer son tal cantidad de patologías y tal cantidad de procesos que nos faltaría tiempo para ahondar en todos. Pero hay un primer estadio, justo después del diagnóstico, cuando ya los oncólogos han propuesto un tratamiento, y si es quirúrgico el paciente debería hacer lo que se llama prehabilitación: prepararse para acudir a esa cirugía en el mejor estado posible. Esto supone una ventaja psicológica enorme para el paciente porque entiende su proceso y va mejor preparado físicamente, pero también le sube mucho el ánimo para afrontar la enfermedad. Lo que sucede es que a nivel de gestión, la satisfacción del paciente es un parámetro que se mide muy poco. Ahora, quizá, se contempla cada vez más, pero más por temas de calidad percibida que porque se le otorgue la importancia que realmente tiene. Pero si lo traducimos en costes, cuando un paciente que debe someterse a una cirugía abdominal o torácica, que son de las más traumáticas, no acude con un buen estado respiratorio, o no ha perdido peso previamente, resulta que el post operatorio más precoz requiere más intervencionismo. Y es que son pacientes con más problemas respiratorios posteriores y no pueden eliminar las secreciones que siempre aumentan tras una cirugía y una sedación o anestesia aumentan. Entonces, los cinco o seis primeros días tras la operación son más costosos a nivel humano para el paciente porque tiene más sensación de ahogo y requiere más oxígeno. Si tú previamente ya habías aumentado el tejido pulmonar funcionante, es decir, la capacidad que tenemos de aprovechar el oxígeno que respiramos, ese paciente parte con mucha más ventaja porque ya tiene el pulmón más ventilante que antes. Después, en la intervención temprana, ya sea farmacológica o quirúrgica, se pierde funcionalidad. Por ejemplo, cuando he trabajado en planta, empezamos con el paciente a los dos días de la cirugía, incluso a veces el mismo día, y hacemos fisioterapia respiratoria y tratamiento de las cicatrices, porque las cicatrices, cuando retraen a nivel cutáneo, producen problemas de limitación de movimiento y eso provoca dolor. Una vez se recibe el alta hospitalaria hay que recuperar la función, un proceso que depende del tipo de cáncer. Y por otra parte la propia quimioterapia suele tener efectos unos secundarios que todos conocemos de sobra, así que se deben tomar unas precauciones especiales para que ese paciente afronte esa supervivencia con la mejor calidad posible de vida y para que el propio fármaco tenga la mayor efectividad. En ese sentido se ha visto que la intervención posterior al cáncer aumenta la supervivencia. Por tanto yo creo que estamos hablando de cosas muy importantes como para que todavía haya mucha gente que no sepa que la fisioterapia tiene un papel en oncología importante. De hecho ya hay bastantes formaciones dirigidas a que las personas conozcan mejor el cáncer, porque ningún terapeuta puede saber de todo y quien diga eso no sabe lo que es la fisioterapia.

P.— ¿Piensa que un encuentro como este Simposio puede servir entonces para acercar a las diferentes disciplinas?

R.— Uno de los esfuerzos que está haciendo la institución que yo represento precisamente es participar más en jornadas junto a otros profesionales. En el día a día para mí resulta muy fácil: por suerte trabajo en un centro en el que tengo cero problemas en acceder al oncólogo y en que él solicite mi trabajo. El gran fallo de nuestro sistema suele ser que el oncólogo no tenga la posibilidad de que el fisio atienda a su paciente, porque ya sabemos que en muchos casos hay menos fisios de los que se necesitan en el sistema público de salud. Ese primer contacto, a veces es el importante, y no se llega a realizar si el oncólogo no tiene posibilidad de derivación o no tiene un fisio presente en la planta de oncología. Los fisioterapeutas deberían estar incluidos en el mismo equipo de oncología, con sesiones clínicas conjuntas cuando se hagan los comités de tumores para conocer cómo se valora al paciente, la intervención que se va a realizar y poder hacer el primer aporte. Por ello este tipo de foros, en los que podemos aprender a trabajar juntos, me parecen imprescindibles.

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