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Esteban Jodar: “La diabetes es la complicación más común de la obesidad”

La obesidad y la diabetes son dos de los trastornos endocrinos más prevalentes en España, con una creciente incidencia asociada al estilo de vida occidentalizado, marcado por el sedentarismo, la ingestión hipercalórica y la de alimentos procesados. Según el INE, el 14,1% de la población española presenta obesidad, una cifra alarmante que sigue en aumento y plantea importantes desafíos para la sanidad y la calidad de vida de las personas. Hoy, en el Día Mundial de la Diabetes, Esteban Jodar, Jefe de Endocrinología y Nutrición Clínica en Quirónsalud Madrid, nos habla sobre los avances en el tratamiento de las enfermedades endocrinas, la prevención y la importancia de un enfoque integral que incluya nutrición clínica y ejercicio para combatir estas patologías. Esteban Jodar es también coordinador del Área Temática de Trastornos Endocrino-Metabólicos en los Cursos de Actualización basados en el texto Harrison. 

¿Cuáles son los principales trastornos o enfermedades que afectan al sistema endocrino y el metabolismo más comunes en España? ¿Qué factores contribuyen a su alta prevalencia?

La obesidad, seguida de la diabetes, son dos de las alteraciones endocrinológicas más comunes en nuestro país. Los factores que contribuyen a su alta prevalencia incluyen la progresiva occidentalización de nuestro estilo de vida, con la reducción de la actividad física y el aumento de peso, que se debe tanto a la falta de ejercicio como al consumo de alimentos hipercalóricos y ultraprocesados. También son muy comunes otras enfermedades endocrinológicas, como los trastornos tiroideos, especialmente el hipotiroidismo, así como la osteoporosis y otras alteraciones del metabolismo del calcio.

¿Qué sabemos en la actualidad de la diabetes y la obesidad que no se sabía hace unas décadas? 

El conocimiento sobre la diabetes y la obesidad ha evolucionado significativamente en las últimas décadas. Hoy en día, conocemos la íntima relación que existe entre ambas, especialmente con el desarrollo de inflamación de bajo grado e infiltración grasa en los tejidos nobles, además de muchos mecanismos moleculares y subcelulares que se están identificando. También destaca el conocimiento sobre las alteraciones del control del apetito en las personas que viven con obesidad, un fenómeno que no se conocía hace pocos años.

¿Hasta qué punto es habitual que una persona con obesidad acabe desarrollando una diabetes?

No todas las personas obesas terminan desarrollando diabetes, pero sí podemos decir que la diabetes es la complicación más común de la obesidad. De hecho, una persona con obesidad tiene un riesgo que puede ser hasta un 200% mayor en comparación con una persona con normopeso. A su vez, las personas que viven con esta alteración endocrinológica, cuando reducen su peso, especialmente si esa pérdida supera entre el 10- 15%, reducen de manera muy notable el riesgo de desarrollar diabetes.

Por otra parte, ¿de qué manera influye la obesidad en el aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer?

La obesidad, como enfermedad crónica, se asocia, como mencionaba antes, tanto al desarrollo de una inflamación de bajo grado como a un estado de infiltración grasa y toxicidad metabólica. Esta condición ha sido vinculada a la aparición de diversas enfermedades cardiovasculares, desde la insuficiencia cardíaca (especialmente con fracción de eyección conservada) hasta la enfermedad cardiovascular aterosclerótica, como el infarto de miocardio y el accidente cerebrovascular. Además, las personas que viven con obesidad tienen un mayor riesgo de desarrollar diversos tipos de tumores, muchos de ellos hormono dependientes, así como otros tumores como el de páncreas o de próstata.

Como coordinador del Área Temática de Trastornos Endocrino-Metabólicos en los Cursos de actualización basados en el texto Harrison, ¿explíquenos cuál es el enfoque principal de esta área en los cursos y los principales contenidos a abordar?

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El enfoque principal de esta área de los cursos es, por un lado, resaltar los contenidos más relevantes para la práctica clínica diaria de un médico, aunque no sea especialista en endocrinología. Por otro lado, se presentan también algunas novedades desarrolladas en los últimos años o incluso en los últimos meses.

¿Por qué estos cursos de actualización integral son tan importantes tanto para médicos de atención primaria como para otros especialistas?

Estos cursos son importantes para los médicos, tanto de atención primaria como otros especialistas, puesto que la endocrinología, al igual que otras áreas de la medicina, es una especialidad en la que se producen avances constantes. En la tarea del médico, la actualización médica es imprescindible.

¿Cómo influye la evidencia científica en la toma de decisiones clínicas en endocrinología?

En la endocrinología, como en cualquier otra especialidad, la evidencia científica es la que marca las pautas de tratamiento desde hace ya varios años. Por ejemplo, en el tratamiento de la diabetes, las guías de práctica clínica están basadas en las evidencias derivadas de los grandes ensayos de seguridad cardiovascular o en los grandes ensayos de eficacia. Lo mismo ocurre en otras patologías.

¿Qué papel tiene la nutrición clínica en el tratamiento de trastornos endocrinos y la prevención de estas patologías?

La nutrición clínica es esencial en el tratamiento de muchos trastornos endocrinos y en su prevención, especialmente en los relacionados con la obesidad y la diabetes, pero también en algunas alteraciones del metabolismo intermediario. En cuanto a la obesidad y la diabetes, un adecuado abordaje nutricional que conduzca a una pérdida de peso, además de una composición adecuada, como una dieta mediterránea, es esencial para frenar su progresión o incluso conseguir su reversión. Capítulo aparte es el tratamiento nutricional de las personas con desnutrición que tiene un enorme impacto en su calidad de vida y supervivencia.

¿Qué avances recientes en el tratamiento o en manejo de estas patologías le parecen más prometedores?

En el tratamiento, especialmente de la obesidad y la diabetes, se ha producido una verdadera revolución en los últimos 10 o 15 años con el desarrollo de diferentes terapias que no solo son capaces de controlar la glucemia sin causar hipoglucemia, sino que además originan reducciones de peso más modestas con los inhibidores de SGLT2 o más importantes con los agonistas del receptor de GLP-1. Independientemente de este efecto, estas terapias son capaces de producir protección cardiovascular en las personas con diabetes, que tienen un riesgo muy incrementado de sufrir este tipo de complicación. Algo similar ocurre con la obesidad, donde, especialmente los agonistas del receptor de GLP-1, y como en la diabetes, los agonistas duales del receptor de GLP-1 y de GIP han demostrado una reducción muy importante del exceso de adiposidad. En el caso de la semaglutida, concretamente, se ha demostrado una reducción de eventos cardiovasculares en personas con obesidad y prevención secundaria (con eventos cardiovasculares previos).

Ya que hablamos de la “popular” semaglutida para la pérdida de peso, cuéntenos cuáles son los riesgos y beneficios de este fármaco y por qué es tan importante que su uso esté supervisado por un profesional médico. 

En cuanto al popular uso de semaglutida, cabe destacar que es un fármaco muy eficaz en el tratamiento de la diabetes y la obesidad, pero siempre que tengamos claro que estamos hablando de enfermedades crónicas. Por esta razón, debe ser dirigido y supervisado por un profesional médico, dentro de un abordaje completo que incluya reeducación nutricional, aumento del ejercicio físico y, generalmente, una terapia escalonada o en la que se van añadiendo fármacos cuando sea necesario.

¿Cuáles son los desafíos actuales en el área de la endocrinología y nutrición clínica? 

Los desafíos actuales están probablemente más relacionados con la prevención de la aparición de la enfermedad que con su tratamiento, en el que hemos avanzado mucho. Hasta donde sabemos hoy en día, la mayoría del quebranto, tanto económico como personal, de las personas que viven con diabetes, obesidad y otras enfermedades metabólicas podría evitarse si fuéramos capaces de prevenir la aparición tanto de la obesidad como, en su caso, de la diabetes. Insisto en estas porque son las más comunes, pero podríamos decir algo similar en cuanto a la prevención de la aparición de otras enfermedades endocrinas.

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