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Jordi Remón: “Con el ‘Lung Cancer Next Generation’ vemos cómo incorporar en nuestra práctica habitual la nueva evidencia científica”

El oncólogo e investigador es uno de los expertos que participará el próximo 31 de enero en el congreso organizado por Educa-Med en la Universidad Europea de Alcobendas
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El oncólogo e investigador Jordi Remón.

El doctor Jordi Remón es especialista en cáncer de pulmón y actualmente desarrolla su labor investigadora en el Instituto Gustave Roussy de París. Será uno de los ponentes en el congreso ‘Lung Cancer Next Generation’ dirigido por el doctor Javier de Castro que tendrá lugar el 31 de enero en sesión presencial y online, organizado por Educa-Med.

PREGUNTA.— ¿Qué es para usted lo más importante de este tipo de encuentros?

RESPUESTA.— Creo que lo más importante es poner en común la evidencia científica en el manejo de los pacientes con alteraciones oncogénicas y poder tener un punto de vista internacional con expertos de diferentes partes del mundo. Siempre resulta enriquecedor porque las formas de tratar a los pacientes son completamente distintas en cada parte del mundo, al no tener los mismos fármacos aprobados en Europa que en Estados Unidos. Y pienso que lo más importante ya no es sólo explicar lo que podemos encontrar en los estudios, sino cómo lo incorporamos en nuestra práctica habitual. También, señalar cuáles son los retos para el manejo terapéutico de estos pacientes e intentar ver cómo podemos aplicar las nuevas técnicas que van apareciendo, entre ellas la biopsia líquida. A día de hoy sabemos que a un paciente con una alteración oncogénica lo tenemos que tratar con un fármaco, pero yo creo que no podemos suponer que este fármaco va bien para todos los pacientes, porque no todos los pacientes que comparten una alteración oncogénica son exactamente iguales. Puede haber otros factores. Por eso en la clínica hay pacientes que no progresan en 18 meses y otros que progresan en seis. Se debe a que los dos son EGFR o los dos son ALK, pero no son el mismo tumor porque puede tener mutaciones o el fármaco no puede responder o no podemos continuar… La terapia personalizada está muy bien pero ahora hemos de personalizar la terapia personalizada. Es decir, intentar individualizarla aún más para cada paciente, no sólo en función de la alteración oncogénica, sino de esa alteración oncogénica y de todo lo que puede haber alrededor.

P.— ¿Cree entonces que el futuro de los tratamientos para el cáncer de pulmón está en ajustar los tratamientos lo máximo posible a cada paciente?

R.— La terapia dirigida es el futuro y ya es una realidad. Pero, como decía, el siguiente paso tiene que ser que aprendamos a personalizar esta terapia personalizada. Es decir, el Osimertinib que damos a los pacientes EGFR mutados quizá no se lo tengamos que dar a todos por igual. A lo mejor se lo tenemos que administrar a diferentes dosis, o dárselo combinados con quimioterapia o con fármacos antiangiogénicos. A día de hoy el futuro es que no podemos tratar a todos por igual. Puede haber un grupo de enfermos que tal vez sólo necesiten el fármaco y otros que precisen combinarlo con otros medicamentos o deban tomar dosis más altas para aumentar la eficacia o dosis más bajas para reducir la toxicidad y conservar esa misma eficacia. Y es muy importante también que, del mismo modo que el fármaco no deber ser global para todos, tampoco ha de serlo la dosis. No es lo mismo una mujer de 60 kilos que un hombre de 90 y les damos la misma dosis. Eso no tiene ningún sentido. A lo mejor una mujer de 60 kilos que tiene más grasa parda va a acumular más el fármaco, va a experimentar mayor toxicidad y no va a tener más eficacia. Y quizá le podemos reducir la dosis y obtener la misma eficacia con menor toxicidad. Por ello estoy convencido de que la personalización del tratamiento y de la dosis son el futuro.

P.— ¿Cómo ve, ahora desde la distancia, el estado de la investigación sobre el cáncer de pulmón en España?

R.— Creo que España es uno de los países pioneros en cuanto a ensayos clínicos, y hay algunos muy buenos. Todas estas preguntas que yo me planteo son cuestiones que sólo los grupos cooperativos o académicos van a poder responder. Y quizá lo más importante para este tipo de enfermos, sobre todo cuando hablamos de alteraciones poco frecuentes, de un 2%, es que España pueda unificarse con otros países para poder abordar cuestiones académicas que tengan impacto en el manejo clínico de estos pacientes.

P.— ¿Qué tipo de avances espera ver en los próximos años?

R.— Creo que debemos centrarnos sobre todo en ver cómo los tratamientos secuenciales impactan en la supervivencia de estos pacientes en función del mecanismo de resistencia. Y principalmente, insisto, intentar ver si los podemos personalizar más.

P.— ¿Piensa que congresos como este, que combinan la parte presencial y la online, ayudan a los profesionales médicos a flexibilizar su formación?

R.— El problema es que estamos saturados y hay un montón de congresos. Las cosas avanzan, claro, pero tampoco es que cada tres meses surjan tantas novedades. Es fundamental la formación continuada, pero quizás deberíamos aprender a espaciarla. En ese sentido creo que es muy importante lo que hace Javier de Castro, porque es un encuentro anual que resume todo lo último.

P.— ¿Las redes sociales pueden ser una herramienta útil para los médicos?

R.— A día de hoy, muchas veces estoy más al día con las cosas que la gente publica en Twitter. Existe tanta información que es muy difícil estar pendiente de todo lo que se publica en las revistas, y hay muchas cosas de las que me entero por las redes sociales. Te permiten ver de una forma rápida qué es lo que se ha publicado o se ha presentado y es una forma sencilla de obtener información. Pero también es verdad que tienes que saber a quién seguir.

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