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Juan Torres: “La continuidad asistencial necesita vías rápidas de comunicación entre la atención primaria y el hospital”

El jefe de servicio de Medicina Interna del Hospital Infanta Leonor preside la recién creada Sociedad Española de Atención a las Personas con Enfermedades Crónicas
El doctor Juan Torres, presidente de SEAPEC.
El doctor Juan Torres, presidente de SEAPEC.

ÁNGEL SALGUERO

El doctor Juan Torres tiene una amplia experiencia en la gestión de pacientes crónicos, ya que durante siete años fue responsable médico y director de Continuidad Asistencial en el Hospital de Parla. Actualmente es jefe de servicio de Medicina Interna en el Hospital Infanta Leonor de Madrid y presidente de la recién constituida Sociedad Española de Atención a las Personas con Enfermedades Crónicas (SEAPEC).

PREGUNTA.— ¿Qué les ha llevado a crear esta nueva sociedad?

RESPUESTA.— Es una sociedad científica que nace cuando diferentes profesionales de ramas que nos dedicamos a los pacientes crónicos —médicos, enfermeras, farmacéuticos, trabajadores sociales, psicólogos— comprobamos que existe un vacío, sobre todo después del Covid. Digamos que la cronicidad ha dejado de estar en la agenda política y en la agenda de muchos profesionales. Y además, sigue habiendo mucho margen de mejora en la coordinación multidisciplinar. Cada sociedad científica, cada ramo, tiene sus líneas de desarrollo, pero luego los proyectos conjuntos, que al final son la clave para comunicarse y atender entre todos conjuntamente al paciente, aún pueden optimizarse. Por tanto, decidimos crear la sociedad para aportar nuestro granito de arena en ese sentido.

P.— ¿Cuáles serán sus principales líneas de actuación?

R.— Lo primero es intentar aunar a gremios y profesionales y servir de foro para que todos podamos participar. El objetivo general, lógicamente, es aportar para intentar mejorar la atención de las personas con enfermedades crónicas. Para ello hemos diseñado cuatro líneas estratégicas base: La primera es la continuidad asistencial y coordinación entre profesionales. La segunda, que resulta fundamental también, abarca el empoderamiento del paciente y el cuidador y la adherencia terapéutica. Después, una tercera línea, también fundamental, es la prevención del desarrollo de las enfermedades crónicas. Y finalmente, algo que es una herramienta transversal pero que ya está aquí y que no podemos obviar: la tecnología, salud digital y telemedicina. Pues para potenciar y poder llegar a todas las necesidades que pueda haber. En cuanto a las acciones más específicas a corto plazo, celebraremos un congreso en octubre al que intentaremos invitar a diferentes actores de la cronicidad, incluidas las asociaciones de pacientes. De hecho, tenemos ya dos personas en la Junta Directiva que son miembros de asociaciones de pacientes. Posteriormente vamos a llevar a cabo una encuesta a través de esas mismas asociaciones, para determinar cuál es su situación, qué necesidades tienen y qué nos piden al resto de profesionales. Y estamos ultimando otras iniciativas relacionadas con la continuidad asistencial y la colaboración entre la farmacia comunitaria y los centros de salud. Ahora son pequeños proyectos, pero intentaremos que vayan creciendo.

P.— Como mencionaba antes, los pacientes son una parte más de la sociedad.

R.— Así es. La parte técnica la aportamos los profesionales, pero son los pacientes quienes tienen que mostrarnos qué necesidades hay, cómo medirlas y cómo evaluar el impacto de las acciones.

P.— ¿Cuáles son los principales problemas que afectan a los enfermos crónicos?

R.— La cronicidad tiene dos problemas principales. Uno es que el sistema está diseñado desde mediados del siglo pasado para la atención de pacientes jóvenes con enfermedades agudas. Por ejemplo, yo sufro un infarto o una neumonía, así que me ingresan, me tratan, y me curo. No me operan y ahí se acaba. Pero la cronicidad necesita una organización totalmente diferente, en la que el sistema debe ofrecer una accesibilidad inmediata cuando a alguien se le agudiza su enfermedad crónica, aunque luego a lo mejor no tenga que verle en un año. Y el sistema de consultas es al revés: Yo te cito cada cuatro meses y te veo, pero luego, cuando tú te pones malo, tienes que ir a urgencias porque no puedes acceder a mí. Todo eso hay que cambiarlo. Hay que dar un giro a la visión de los profesionales y la coordinación. El otro problema que yo veo es que esta cuestión no tiene demasiado atractivo desde el punto de vista del político con rédito electoralista. Al final, desgraciadamente, se gobierna a cuatro años como mucho, y lo que siempre se vende en las campañas electorales es que se construyen hospitales, se compran robots, etc., pero no salen noticias de que se ha desarrollado un plan de cronicidad o se ha abierto un hospital de media estancia para pacientes de edad avanzada. Sin embargo la realidad es que el tsunami está aquí. Tenemos un problema demográfico importantísimo y el sistema no va a ser sostenible si no cambiamos todos la forma de verlo y la forma de actuar, incluidos pacientes y cuidadores

P.— ¿Puede decirse que la continuidad asistencial es una de las cuestiones clave, sino la más importante?

R.— Sin duda. Es parte del cambio del modelo, que todos nos aunemos para atender mejor con los recursos que tenemos a estos pacientes. Y esto significa que quizá no haya que verles cada tres meses, sino comunicarme con su médico de atención primaria y ver que está todo controlado. Y cuando el médico atención primaria necesite a un médico del hospital, que existan unas vías de comunicación rápidas. También que los pacientes y los cuidadores se impliquen más en el cuidado y no piensen que el sistema sanitario te resuelve todo sin que deban hacer nada. Porque tienen que hacer actividad física, tomar su medicación y explicarle al médico y a la enfermera lo que necesitan, y esa implicación hará que las enfermedades estén mejor controladas. Es verdad que el covid ha hecho muchísimo daño también al sistema y habrá que ver cuánto tardamos en recuperarnos.

P.— Según el doctor Luis Manzano, director de la Jornada de Continuidad Asistencial que prepara Educa-Med, falta comunicación entre la atención primaria y la hospitalaria. ¿Cómo se pueden conectar esos dos ámbitos de una manera más efectiva?

R.— Puedo hablar de Madrid, que es lo que yo conozco, pero que en otros sitios también existen los mismos problemas. Lo primero es tener un mismo sistema informático, de forma que yo pueda ver lo que hace la atención primaria. En ese sentido se han dado pequeños pasos y está la de consulta, que ya se utiliza con más frecuencia, pero cuando existen métodos de comunicación tan inmediatos como los que tenemos actualmente, que aún no hayamos solucionado esto resulta increíble. Seguimos como hace 20 años, y es inadmisible que no haya una inversión en sistemas de información. Y luego la clave es conocerse, que tengamos sesiones conjuntas, que los profesionales del hospital puedan pasar por el centro de salud y al revés. En mi experiencia como director de continuidad asistencial, conocerse era la clave.

P.— ¿Cree que una jornada como la que pronto celebrará Educa-Med puede ser un primer paso para concienciar?

R.— Por supuesto. Todo lo que sea desarrollar formación y reuniones y participar activamente en foros de este tipo es importante. Nos permiten primero ver cómo está la situación y luego poner en contacto a los profesionales, que es que al final es lo que se necesita.

P.— ¿Si no cambia el modelo se puede llegar a romper el sistema sanitario?

R.— De hecho ya se encuentra en grave peligro. Ahora mismo, después del covid, la accesibilidad está limitada. El covid también ha hecho que se retrasen diagnósticos, y por ello encontramos enfermedades crónicas mal controladas. Otra situación que tiene que mejorar a nivel nacional es la de la atención primaria. Debe retomar el pulso, conseguir que a los profesionales les resulte atractivo escoger la especialidad, buscar soluciones tanto en la estructura de horarios de los centros de salud como en las remuneraciones. Que la atención primaria se reflote es fundamental y si no, yo no tengo duda de que de que la situación empeorará y tenemos riesgo de acabar como otros países cuyos sistemas están muy alterados y donde hay mucha gente que tiene que pedir un seguro privado. Y los seguros privados también se saturan. Es decir, que al final la caída del sistema es gravísima. No se soluciona con un doble aseguramiento, ni mucho menos.

P.— ¿Cree que los eventos online ayudan a los médicos a actualizarse de una forma más flexible?

R.— El covid nos hizo ver que con el formato online podemos comunicarnos, hacer reuniones y transmitir información. Yo creo que el modelo híbrido es el óptimo: de vez en cuando hay que verse y conectar en persona, pero con frecuencia el día a día no nos permite hacerlo todo lo que pudiéramos. Por lo tanto, la vía online es una excelente solución.

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