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Jorge Prieto: “Nos ha faltado sabernos comunicar de forma correcta con la población durante la pandemia”

El enfermero de Emergencias en Madrid famoso por un video viral asegura que informar de una manera efectiva “da poder a los ciudadanos”
Jorge Prieto: «Nos ha faltado sabernos comunicar de forma correcta con la población durante la pandemia»
Jorge Prieto, enfermero de Emergencias en Madrid.

Jorge Prieto es el ‘enfermero del Wanda’, el protagonista de un video que se hizo viral este pasado verano y que mostraba el monólogo lleno de humor y empatía con el que informaba a un grupo de recién vacunados en el estadio del Atlético de Madrid. Este joven —que dejó aparcado el Derecho para dedicarse a su verdadera vocación— ha publicado La enfermería de emergencias: 50 relatos breves para pensar, un libro en el que recoge sus experiencias como sanitario, y aprovecha su nueva fama en redes sociales para seguir educando. «La información es poder», asegura.

PREGUNTA.— Cuando estamos a punto de comenzar el tercer año de pandemia, ¿qué sensación tiene al pensar en estos últimos meses? ¿Confía en que 2022 sea el fin de esta situación de excepción que vivimos?

RESPUESTA.— El covid se va a quedar ya con nosotros. Por la tendencia natural de todas las pandemias que hemos ido viendo, parece que se hace más contagioso pero menos virulento, de modo que provoca menos daño a la gente. Espero que eso sea lo que veamos en 2022: que aunque se produzcan más contagios, lo que no esté en alza sean los ingresos hospitalarios y, por supuesto, las muertes. Que se quede como un virus respiratorio más entre nosotros y que podamos volver cuanto antes a la máxima normalidad porque llevamos mucho tiempo de pandemia y estamos bastante cansados.

P.— ¿Cree que en este tiempo los ciudadanos han valorado el sacrificio de los profesionales sanitarios?

R.— Al principio de la pandemia, con los aplausos en los balcones y las donaciones, tanto de material como de comida, había muchísimo apoyo al sanitario. Según hemos ido avanzando, es normal que se vaya dejando un poco de lado esa atención, aunque siempre ha habido admiración hacia el profesional sanitario. También es verdad que tras dos años de pandemia nos vamos cansando y relajamos las medidas. Se escuchaba, por ejemplo, esa frase de ‘Pero si yo ya estoy vacunado’, y es algo que nos ha hecho mucho daño porque no hemos entendido del todo que la vacuna no impide el contagio y que hemos de seguir con medidas como la mascarilla que molesta bastante, sobre todo en verano. Pero aun así la población nos sigue valorando bastante, y lo que falta es la valoración por parte de la clase política.

P.— En aquel video que se hizo viral meses atrás, explicaba de una manera muy didáctica el proceso de vacunación. ¿Cree que el negacionismo —que en España no ha sido un problema tan grave como en otros países— podría combatirse con una información más clara?

R.— Por supuesto. La información es poder y el poder tiene que estar en la mano de los ciudadanos y de los pacientes. Al principio hemos dado información muy técnica, hemos sido rigurosos y han hablado médicos y virólogos, gente que sabía muchísimo del tema. Pero aparte de eso hay que saber llegar al interlocutor que tienes delante y hay que ser claros. Creo que lo que más daño nos ha hecho al principio de la pandemia son los cambios de opinión, y más todavía a nosotros: un día teníamos un protocolo, al siguiente cambiaba… y eso genera muchísimas dudas a la población. Nosotros lo entendemos porque sabemos que es algo muy nuevo, que la investigación avanza a pasos agigantados, pero alguien que no se dedica a este mundo entiendo que tenga ciertas reticencias de si ayer era blanco, por qué hoy es negro. Saber comunicar de una manera efectiva y correcta ayuda muchísimo a darle ese poder a los ciudadanos.

P.— Quizá haya sucedido también que el debate científico, que normalmente tiene lugar fuera de la vista de los ciudadanos, se ha realizado durante la pandemia de una forma mucho más pública.

R.— Somos una sociedad que sabemos de todo. Somos los mejores futbolistas y determinamos si era fácil o no marcar gol, y con el volcán de La Palma nos hemos convertido en vulcanólogos. Con la pandemia ha pasado lo mismo: pasó a ser un fenómeno viral y todos opinábamos sobre cómo había que hacer las cosas. Dejamos trabajar a los expertos pero nos faltó el saber comunicar de manera correcta las cosas a la población.

P.— El agradecimiento y los aplausos no han significado más estabilidad laboral. ¿Le parece injusto que se estén recortando los contratos covid?

R.— Una cosa es el apoyo de la sociedad, que sí que lo tenemos con nosotros, y otra el tema político. Tendrán sus razones, pero no puede ser que con el covid se realizara una contratación masiva porque se necesitaban profesionales y caer en el error de pensar que hasta entonces no eran necesarios. Los necesitábamos de antes, pero nunca se les llegó a contratar. Y ahora salimos de esta situación un tanto excepcional y parece que ya no hacemos falta. La gente con contrato covid —yo soy uno de ellos— no ha estado ningún día en su casa pensando que ya no es necesaria porque haya bajado la incidencia. Yo he seguido trabajando bastante, y no entendemos cómo se puede decidir que ya no nos necesitan.

P.— ¿Qué recuerda de los inicios de la pandemia? ¿Cómo lidiaron con los momentos más duros?

R.— Yo tenía un contrato en una unidad de cuidados intensivos y al declararse el Estado de Alarma, cuando se empezaron a necesitar más profesionales, me ofrecí voluntario para trabajar en otra UCI. En el principio son momentos de euforia, de pensar que eres necesario y que juntos vamos a salir de esta… pero según van pasando los meses, entra la incertidumbre y el miedo. Al final, entre todos los compañeros y gracias también al apoyo de la sociedad entonces, tuvimos ese salvavidas para salir adelante y seguir con un poco de alegría, que nos hacía mucha falta.

P.— Las nuevas variantes han multiplicado los contagios desde hace semanas. Por lo que puede ver, ¿cree que en general la población se está comportando de forma razonable para evitar infectarse?

R.— La última variante es mucho más contagiosa. Pienso que las medidas que apliquemos ahora no pueden ser las mismas de antes. La población se comportará según quiera cada uno. En mis círculos cercanos, yo mismo he cancelado cenas de navidad a las que me apetecía ir enormemente,  y mis amigos y familiares han dejado de verse, aunque siempre habrá quien no quiera renunciar a socializar, porque somos seres sociales y es una necesidad.

P.— Las redes sociales, en parte, han agravado el problema de la desinformación. ¿Piensa que pueden usarse también para educar?

R.— Antes de que saltase toda esta locura con la viralización del video, yo usaba las redes sociales a una menor escala para educar a nivel sanitario entre compañeros. Pero ahora que me sigue bastante más población que no tiene nada que ver con el mundo sanitario, es distinto. Cuando ves historias en Twitter, Instagram o Facebook puedes pensar en la vacuna y en si te toca ya, por ejemplo, la dosis de refuerzo. Y si lo explicas con un gráfico atractivo y visual, eso le entra a la población de una manera fácil. Porque al final, con los medios de comunicación tradicionales o el mismo telediario, muchas veces lo obviamos porque quizá ponemos la televisión mientras estamos comiendo y no nos damos cuenta, mientras que las redes sociales sí son una manera directa de llegar a la gente.

P.— ¿Cómo surgió la idea de escribir un libro? ¿Anotar lo que le sucede le ayuda a lidiar con el estrés de su trabajo?

R.— Totalmente. En mi época de estudiante yo era voluntario en SAMUR Protección Civil y tuvimos que atender un aviso bastante impactante de una persona de mi misma edad que se quería tirar por un puente. Por protocolo nos mandaron al psicólogo de guardia para que le contáramos cómo nos sentíamos, y me dijo que una de las formas de liberar carga emocional era a través de la escritura. Yo cogí el bloc de notas del móvil, empecé a escribir relatos… y un día me di cuenta de que tenía ya más de 150. Comentándolo con mis amigos, me dijeron que por qué no los unía para hacer un libro, así que los autoedité. Y después de lo del video me contactó la editorial Planeta y sacaremos un segundo libro dentro de poco.

P.— ¿Por qué decidió dedicarse a esto? ¿Es vocacional?

R.— Es vocacional al cien por cien, pero lo descubrí tarde porque antes hice dos años de Derecho y la carrera de Criminología. Pero una vez que sufrí un neumotórax, que es como que se rompe el pulmón por dentro, y vi la Sanidad desde el lado del paciente, me dije que yo quería dedicarme a esto, a ser enfermero y sobre todo enfermero de Emergencias porque me atendió una UVI móvil en mi casa y me encantó cómo me trataron. Dos años más tarde di un cambio radical a mi vida e inicié la carrera.

P.— ¿Qué les diría a los que ahora se están preparando las oposiciones de enfermería? ¿Qué consejo le gustaría que le hubieran dado en sus inicios?

R.— A mí me habría encantado que me hubiesen preparado para el mundo real. Es verdad que la gente que se está preparando las oposiciones por lo general ya son enfermeros con bastantes años de experiencia y ya saben lo que hay al otro lado del libro, pero lo que buscan es un trabajo más estable. Yo les diría que después de la oposición no se acaba el mundo, tanto si aprueban como si no, pero que hay que seguir estudiando. Esto es un trabajo que cambia muchísimo y tenemos que estar en constante renovación de conocimientos.

1 comentario en “Jorge Prieto: “Nos ha faltado sabernos comunicar de forma correcta con la población durante la pandemia””

  1. jbaguenagirbes

    Un gran ejemplo de lo didáctico que resulta para la sociedad trasmitir confianza y conocimiento desde las profesionales sanitarias en apoyo de la Prevencion de la salud

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