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Un enfoque multidisciplinar para los cánceres de riñón y vejiga

El oncólogo Álvaro Pinto y el urólogo Mario Álvarez-Maestro preparan dos cursos para Educa-Med que presentarán las novedades en el tratamiento de estos tumores en un formato abierto al debate entre ponentes y asistentes
Un enfoque multidisciplinar para los cánceres de riñón y vejiga
El oncólogo Álvaro Pinto y el urólogo Mario Álvarez.

Los principales avances en el tratamiento de los cánceres de riñón y vejiga centran el temario de dos cursos que programará próximamente EDUCA-MED. Dirigidos por el oncólogo Álvaro Pinto y el urólogo Mario Álvarez-Maestro, presentarán la información más actualizada sobre ambos tumores a través de charlas y debates en los que esperan implicar a los asistentes.

El hecho de que ustedes hayan planteado de forma conjunta estos cursos en EDUCA-MED da a entender que son partidarios de un abordaje multidisciplinar de este tipo de cánceres entre oncólogos y urólogos. ¿Cuál sería desde su punto de vista el mejor escenario de colaboración entre ambas disciplinas para beneficiar a los pacientes?

ÁLVARO PINTO: La única manera de hacerlo es así, a través de un comité de tumores y con decisiones conjuntas. Así es como funcionamos en el hospital y como creemos que hay que hacerlo. No tiene sentido la separación entre los dos servicios. Hay que trabajar como una unidad en beneficio del paciente. De hecho, yo tengo más relación con los urólogos que con mis compañeros de oncología y cáncer de mama, por ejemplo. Con quien trabajo todos los días es con el urólogo, patólogo, radioterapeuta, etc.

MARIO ÁLVAREZ-MAESTRO: Nosotros trabajamos en conjunto. No concibo ningún tipo de tratamiento sin colaborar con ellos y que ellos hagan lo propio con nosotros. Por eso hemos planteado y realizado cursos juntos, tenemos un comité de tumores donde planteamos los casos… En ese sentido, no cabe duda de que el trabajo es en conjunto.  

Los cursos abordarán los cánceres renal y de vejiga. ¿Qué puntos fundamentales que se tratarán en cada apartado?

Á. P.: La idea es hacer un repaso más o menos ordenado desde la enfermedad localizada a la metastásica, pero también incidiendo en las últimas novedades y en cosas que puedan ser más controvertidas o polémicas: la adyuvancia en cáncer renal, la selección del tratamiento de primera línea, los datos también de adyuvancia y neoadyuvancia en vejiga… Queremos que vaya ordenado cronológicamente para que quede coherente pero, al abordar aquellos escenarios en los que nos podemos encontrar la enfermedad, enfocarnos donde puede haber más controversia y datos más recientes.

M. Á: Mi deseo es que los asistentes se lleven la información más actualizada de estos cánceres, tanto desde el punto de vista de la urología como de la oncología médica, con un abordaje completo de la enfermedad desde las etapas más tempranas hasta las fases más avanzadas.

¿Qué incidencia tiene este tipo de tumores entre la población y cuáles son los factores de riesgo más determinantes?

Á. P.: El cáncer renal es el menos frecuente de los tres grandes tumores urológicos. Se estima que se sitúa como el noveno o décimo en incidencia pero también es verdad que ha experimentado muchos cambios en su tratamiento y de ser un tumor prácticamente huérfano, con una supervivencia una vez que había metástasis de en torno a unos seis o nueve meses, hemos pasado a una media de supervivencias de cinco o seis años. Ahí es donde está principalmente el interés, en la llegada de nuevos tratamientos que han cambiado totalmente el panorama. Por otra parte, el cáncer de vejiga sí es el cuarto o quinto tumor en incidencia, más frecuente en varones que en mujeres, y además es muy prevalente: son pacientes que tienen un recorrido muy largo desde que empiezan con el primer tumor urotelial o no músculo invasivo de vejiga y que luego pueden o no recaer. Tienen un curso vital muy prolongado y no sólo es incidente, sino también prevalente: hay muchas personas que en un momento dado están en alguna de las diferentes etapas del cáncer de vejiga.

¿Qué dificultades presenta el tratamiento y el diagnóstico?

Á. P.: El cáncer renal no presenta ningún síntoma específico y por ello es muy difícil hacer un diagnóstico precoz. No hay ningún biomarcador y muchas veces se diagnostican de forma incidental cuando a la persona se le hace una prueba radiológica por cualquier otro motivo y se encuentra una masa renal, que es el momento en que empieza todo el proceso de diagnóstico terapéutico. El cáncer de vejiga es distinto, porque lo normal es que desde el inicio dé síntomas muy evidentes como la hematuria, que es la presencia de sangre en la orina. Aquí no es tanto la ausencia de una posibilidad de diagnóstico precoz como realmente crear un conocimiento de la enfermedad, que se sepa que la hematuria es un motivo de consulta y que no hay que demorarlo tampoco para que el diagnóstico no sea en fases más avanzadas.

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Carátulas de los dos cursos que se impartirán próximamente en EDUCA-MED.

El tratamiento con quimioterapia, que es uno de los temas que se abordan en los cursos, ¿sigue siendo un pilar básico?

Á. P.: En el cáncer de vejiga la quimioterapia es el tratamiento estándar tanto en enfermedad localizada como en la avanzada. Pero lo que está cambiando, y posiblemente cambiará aún más en los próximos años, es la incorporación de nuevos fármacos como la inmunoterapia, o de terapias dirigidas, ya sea añadidas a la quimioterapia o, para algunos pacientes, sustituyéndola.

¿La inmunoterapia ha supuesto un antes y un después para estos pacientes?

M. Á.: La inmunoterapia ha revolucionado, efectivamente, el tratamiento del cáncer de riñón y de vejiga. Y es que la principal evolución se ha dado en el tratamiento médico. A nivel quirúrgico no se ha producido ningún avance reciente, porque la cirugía laparoscópica y robótica ya llevan varios años practicándose.

Á. P.: En cáncer de vejiga la inmunoterapia se aprueba para los pacientes en los que la quimioterapia no haya sido eficaz, pero todos los datos que tenemos nos indican que ya sea en combinación o incluso, para algunos enfermos, sustituyendo a la quimioterapia, va a ser una realidad a corto o medio plazo. Y en cáncer renal es el estándar, combinada o no con tratamientos antiagiogénicos, y ha cambiado totalmente el manejo de este tipo de tumores. Por su impacto en los diferentes escenarios de cada una de estas enfermedades, así como por su mecanismo de acción, que resulta muy atractivo porque no es tumor-dependiente sino huésped-dependiente porque puede funcionar en cualquier tumor, independientemente del primario, yo diría que la llegada de la inmunoterapia ha abierto muchísimas puertas.

¿Ha sufrido el tratamiento del cáncer durante la pandemia? ¿Temen que se repita la misma situación en esta sexta ola?

Á. P.: El principal cuello de botella está en todos los procedimientos diagnósticos ante una sospecha, no tanto una vez que el paciente ya está diagnosticado y llega a un tratamiento. Nosotros, como servicios de oncología, no hemos tenido demoras en cuanto a la petición de primeras citas, y a los pacientes se les ve en menos de una semana desde que lo solicitan. Pero hasta que están diagnosticados hay una fase previa en la que existe una sospecha de neoplasia o de tumor que depende de un escáner o una biopsia, y si eso se demora mucho en el tiempo puede impactar en el diagnóstico, no tanto en el tratamiento. Por lo que sabemos de la sexta ola parece, con todas las precauciones, que podría tener un menor impacto en la atención hospitalaria, aunque mucho mayor en la primaria, donde empiezan muchos de los diagnósticos de sospecha. Con lo cual habrá que hacer todo lo posible para que no se repitan los errores del principio, de demorar diagnósticos de cáncer y de otras enfermedades.   

M. Á.: No se va a repetir lo que sucedió con el inicio de la pandemia. Ahora hay más casos pero son menos graves, aunque la tasa de contagio de esta nueva variante es alta. Espero no equivocarme, pero no creo que los pacientes vayan a sufrir más por esta sexta ola.

¿Creen que el formato online para la formación continua está aquí para quedarse?

Á. P.: Creo que sí. Tiene innumerables ventajas y de hecho, cuando hace unos meses parecía que todo volvía a estar muy controlado, mucha gente nos decía que la presencialidad siempre está muy bien, pero que la posibilidad de asistir a un evento online que me interese desde mi casa, sin tener que desplazarme, resulta muy cómodo. No olvidemos que muchas veces parece que sólo existan médicos o compañeros en grandes ciudades, en Madrid y Barcelona, y si el evento es presencial, el que puede asiste y el que no se lo pierde. Este formato ayuda a que la difusión de los eventos y las actividades llegue a todo el mundo, tanto en directo como en streaming a la carta para que se pueda consultar en cualquier momento. Pienso que es algo que sería un error si desapareciera.

M. Á: El formato online es una solución de presente y de futuro. Primero porque, independientemente del covid, hay mucha gente que no tiene tiempo para asistir a un congreso. Yo, por ejemplo, he hecho muchos cursos online porque llego a casa de trabajar, me resulta cómodo conectarme, te dan unos créditos por realizarlo sin necesidad de desplazarte de tu casa… Pienso que la formación online está muy vigente.

Los cursos se emitirán en directo, aunque se podrán ver en streaming bajo demanda en la web de EDUCA-MED. ¿Este formato más dinámico puede favorecer el debate entre los ponentes y los asistentes?

Á. P.: La idea no es simplemente programar una charla detrás de otra sin más, porque al final es difícil así incluso mantener la atención de la gente que esté escuchando. La idea es partir de un formato de mesa redonda, con presentaciones muy cortas para dar las principales pinceladas del tema, y luego una discusión abierta y amplia sobre qué hacemos y cómo, formas en que podemos mejorar, qué creemos que viene en el futuro… De este modo, tanto los moderadores como los asistentes podrán participar.

Cursos

Inscripción abierta

I Curso de especialización en cáncer renal y cáncer de vejiga

educa-med
40,00

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