«La mitad de la curación en cáncer de próstata se logra escuchando a los pacientes y la otra mitad, con las pastillas»
La jornada ‘Giro 360 grados al cáncer de próstata’ dirigida por Miguel Rodrigo y Paula Planelles pone en el centro a los pacientes dando herramientas a los profesionales para ofrecer tratamientos integrales que abarquen el ejercicio, la nutrición y la psicología
ÁNGEL SALGUERO
Una visión multidisciplinar: eso es lo que aspira a ofrecer la jornada ‘Giro 360º al Cáncer de Próstata’, impulsada por Educa-Med y dirigida por los doctores Miguel Rodrigo y Paula Planelles. A lo largo de este simposio, expertos en las distintas áreas que afectan a los pacientes de esta enfermedad, desde urólogos y oncólogos hasta nutricionistas, fisioterapeutas o psicólogos, ofrecerán una visión integral de los tratamientos poniendo siempre el bienestar del paciente en el centro.
PREGUNTA.— ¿Cuál es el planteamiento de este evento?
MIGUEL RODRIGO.— Queremos dar una visibilidad y una perspectiva diferentes a las habituales del cáncer de próstata. Los profesionales que trabajamos todo el día con la enfermedad sabemos mucho acerca de los resultados oncológicos, la supervivencia o cómo actúan los fármacos. Pero también hay cosas que al paciente le importan más incluso y no se abordan nunca: aspectos de calidad de vida, la salud del hueso y del músculo y los ajustes nutricionales que tienen que hacer para mantenerse activos. Se trata, por tanto, de poner a los pacientes en el centro de este discurso e intentar sensibilizarlos, a ellos y también a los profesionales, claro.
PAULA PLANELLES.— El evento surgió de la necesidad de compartir un abordaje integral del paciente con cáncer de próstata. Durante muchos años, tanto los oncólogos como los urólogos y los radioterapeutas nos hemos reunido en congresos para aprender sobre el tratamiento farmacológico, la quimioterapia, la radioterapia, los efectos adversos… Pero siempre hemos dejado de lado lo que debería ser la primera línea básica en todos los cánceres, que es primero tratar la nutrición, el ejercicio y la esfera psicosocial del paciente. De eso nunca se ha hablado en un congreso sobre cáncer de próstata y de ahí la idea de organizar esta jornada para que en un solo día todos los profesionales de la salud que de forma individual estamos tratando al paciente podamos reunirnos y formar un equipo multidisciplinar, poniendo en común todos los aspectos relativos al paciente que —sobre todo los médicos— no solemos perder, como es la labor de los educadores físicos, de los nutricionistas o de los psicooncólogos.
P.— ¿A quién va dirigida la jornada?
P. P.— Va dirigida en general a todos los profesionales que en algún momento pueden intervenir en el tratamiento del cáncer de próstata, como urólogos, oncólogos, o radioterapeutas. También a profesionales del ejercicio físico, nutricionistas, endocrinos, fisioterapeutas y psicooncólogos. Y por supuesto a los propios pacientes, porque son los principales interesados.
P.— ¿La idea de la jornada es entonces ofrecer una perspectiva global de la enfermedad y su tratamiento?
P. P.— Siempre nos hemos reunido para hablar de los tratamientos y de los efectos adversos. Pero nunca habíamos incluido a rehabilitadores, nutricionistas, profesionales del deporte o psicooncólogos. Hasta ahora no habíamos celebrado un evento tan multidisciplinar, con tantos profesionales juntos. Y es un reto importante, claro, porque cada uno nos dedicamos a un tema.
P.— ¿Pueden adelantar algunos de los especialistas que participarán como ponentes?
P. P.— Lo que puedo avanzar es que se trata de profesionales grandísimos del mundo del cáncer de próstata. Entre los que puedo confirmar ya hay miembros del equipo de Ibions en nutrición; de la Fundación UAPO de Granada, que fundó Jesús Candel, y de la Asociación Nacional de Cáncer de Próstata.
M. R.— Habrá urólogos, desde luego, especialistas que habitualmente diagnosticamos al paciente y le ofrecemos un determinado tratamiento en función del estadio de la enfermedad. También tendremos oncólogos radioterapeutas, que nos van a hablar del paciente candidato a recibir un tratamiento con radioterapia. Tendremos oncólogos médicos quienes conocen perfectamente la enfermedad en estadios muy avanzados. Tendremos nutricionistas, fisioterapeutas, médicos rehabilitadores, endocrinos, así como aquellos que dan soporte al paciente a lo largo de la enfermedad, como psicólogos, asistentes sociales, etc. Vamos a dar una visión integral de la enfermedad, de ahí el título de las charlas.
P.— ¿Les gustaría que la jornada sirva para generar debate e intercambio de ideas?
P. P.— El formato que tendrá el Congreso, y que está muy de moda ahora, se aparta de las habituales reuniones en las que el ponente sale al estrado y se limita a explicar su tema La idea es que se convierta en un debate y vamos a estar todos sentados de forma que sea un coloquio con entrevistas muy breves. Y ello permitirá que cada uno tenga tiempo de compartir sus ideas y sus experiencias, que es lo que nos va a ayudar a los que no somos expertos a aprender sobre otras esferas que también afectan al paciente y que nosotros desconocemos por completo.
P.— ¿Cuál es la prevalencia del cáncer de próstata actualmente?
P. P.— Según los datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), aproximadamente 30.884 varones fueron diagnosticados de cáncer de próstata en 2022. Por lo tanto el cáncer de próstata es la primera causa de cáncer en la población masculina, y en España nos equiparamos a las cifras del cáncer de mama. Sin embargo, se trata de un cáncer que aún permanece en cierto modo oculto en la sociedad y no tiene esa visibilidad que sí que vemos con el rosa y las carreras. Uno de los objetivos de este Congreso es, por tanto, visibilizar la enfermedad. Un aspecto crucial es que —a diferencia del cáncer de mama— no hay un programa de detección precoz establecido en España. Se ha diseñado, pero no se ha implementado y ante estas cifras de incidencia, nos parece a los profesionales que lo necesitamos ya.
P.— ¿De qué manera ayuda la prehabilitación y el ejercicio a estos pacientes?
P. P.— La prehabilitación la hemos desarrollado sobre todo para la cirugía, aunque también se emplea en la radioterapia y el tratamiento hormonal. Es un programa que ayuda a optimizar la condición física del paciente, mejora mucho los resultados de la cirugía, aumenta enormemente la recuperación y sobre todo reduce las complicaciones quirúrgicas. La prehabilitación comprende el manejo nutricional, de ejercicio físico y de la esfera psicosocial en general. La actividad física en el paciente con cáncer de próstata aumenta la calidad de vida porque disminuye la masa grasa, que es muy importante, incrementa la masa muscular y protege al hueso, que es uno de los factores clave. También disminuye la fatiga, supone una distracción psicológica al aumentar la interacción social e, insisto, contribuye a mejorar lo que se llama sarcopenia, la pérdida de masa muscular que —sobre todo en el cáncer de próstata— provoca la terapia hormonal de privación androgénica. Creo que es crucial para todos los pacientes, tanto los que van a recibir el tratamiento curativo con la prehabilitación, como el paciente que por sus metástasis va a someterse a tratamiento hormonal.
P.— ¿Es difícil ‘convencer’ a los pacientes para que hagan ejercicio?
M.R.— No, no resulta difícil. El médico —y es lo que vamos a intentar transmitir a los profesionales— debe tener muy claro que no sólo hay que dar una pastilla, sino que además hay que decirle al paciente que esa pastilla le va a producir una atrofia muscular y que va a tener que realizar ejercicio, porque eso será casi tan importante como la propia pastilla. El problema es que esto no se hace por falta de tiempo. En una consulta con siete u ocho minutos no tienes tiempo de ver los análisis, explicarle la operación o decirle que le vamos a dar este tratamiento. Los ejercicios son fundamentales y el paciente se tiene que ir de la consulta sabiendo lo importante que es mantener una actividad física y cuál debe realizar. Esto nos lo contarán los médicos rehabilitadores o los fisioterapeutas para que por lo menos tengamos la información que debemos transmitir a nuestros pacientes. Porque esto no se trata habitualmente en los congresos y es una pena. En ese sentido, yo creo que esta jornada tiene un programa muy atractivo para los urólogos y especialistas que nos dedicamos al cáncer de próstata.
P.— ¿Es importante escuchar al paciente y entender su punto de vista y su perspectiva?
P. P.— Claro. Yo, que día tras día veo a este tipo de pacientes, pienso que es incluso lo más importante. Lo primero que debemos tener en cuenta es cómo mejorar su calidad de vida. Y es vital escucharles, incluso más que en otros cánceres, por esa dificultad que tiene el varón de manifestar sus ‘debilidades’ y que ya he mencionado. Creo que muchos pacientes en la consulta no se atreven a contar realmente cómo están por el miedo a lo que podamos pensar los profesionales que estamos detrás de la mesa. Hay que darles el tiempo el tiempo que necesiten para que expresen sus emociones y desgraciadamente a veces no tenemos la capacidad de hacerlo. Es crucial entender el punto de vista del paciente y reconocer qué tipo de apoyo psicosocial necesitan.
M. R.— La mitad de la curación del paciente se logra escuchándolo y la otra mitad la hacen las pastillas. Los casos en que el paciente te cuenta lo que le pasa y se siente escuchado. La probabilidad de curación y adherencia al tratamiento es mucho más alta que cuando la relación médico-paciente se limita a escribir en la historia clínica y prescribir un tratamiento. Por otra parte, la sensibilización de la población masculina es bastante menor. Primero por nuestra idiosincrasia: somos menos conscientes y menos responsables de nuestro cuerpo y de nuestras enfermedades. Y las mujeres esto lo tienen bastante más interiorizado, la necesidad de cuidarse y de hacer revisiones. A veces te encuentras pacientes a los que les da igual, no han venido nunca y acuden de la mano de la mujer. Es verdad que con el cáncer de mama se ha hecho muchísima labor, a años luz del cáncer de próstata. Y también es cierto que probablemente el hecho de que el cáncer de mama afecte a mujeres jóvenes y que están en una época de esplendor de la vida, ha hecho que la sociedad y los medios de comunicación prioricen su visibilidad a otras enfermedades como el cáncer de próstata.
P.— ¿Ven esta jornada, entonces, como un paso hacia la concienciación sobre el cáncer de próstata para eliminar ese ‘estigma’?
M.R.— Por supuesto que sí. En algunas mesas se hablará del diagnóstico precoz y de la prevención, y es información relevante que queremos que llegue a todos los hombres, no sólo a los que ya están enfermos. Que sepan cuándo hay que hacerse una revisión, en qué condiciones la genética es importante y qué pacientes van a tener un mayor riesgo de sufrir este cáncer. Esta jornada está dirigida a profesionales pero tiene que llegar a los pacientes, que van a ser los que necesitan de nosotros.