Sergio Martínez Álvarez: “Cualquier problema en el esqueleto de un niño va a tener repercusión sobre toda su vida”

El especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología Infantil explica en un curso de Educa-Med las pautas para atender con garantías las consultas más frecuentes

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Los pediatras y médicos de Medicina Familiar y Comunitaria suelen ser los primeros a quienes recurren los padres cuando sus hijos presentan problemas de Traumatología. Por ello resulta imprescindible que sepan discernir la gravedad de cada caso y decidir cuándo es necesario derivarlo a un especialista. Ese es el objetivo de un nuevo curso de Educa-Med dirigido por Sergio Martínez Álvarez, cirujano del Hospital Universitario Infantil Niño Jesús de Madrid, que presenta los 12 motivos más frecuentes de consulta y ofrece sencillas pautas para evaluarlos.

PREGUNTA.— ¿Cuál es el planteamiento general del curso?

RESPUESTA.— No existe formación en Traumatología ni en Ortopedia para pediatras. Los estudios de Pediatría son cuatro años y aunque es cierto que tienen sus troncales de cardiología, neumología, etc., no existe nada para pediatras. Y es un problema, porque tanto en las urgencias como en los centros de salud, un 30-40% de los casos que atienden tienen que ver con traumatología infantil. Siempre se les queda muy coja la formación y de hecho es de las cosas que más derivan. Por ello cuando empecé a diseñar el curso, intenté recopilar los 12 motivos de consulta más frecuentes por los que nos enviaban los pacientes. Y de ahí salió el temario, con la idea de ayudar a salir del paso a alguien que no ha recibido esa formación.

P.— ¿Por qué es importante que pediatras o médicos de cabecera tengan nociones básicas de traumatología pediátrica?

R.— Se trata de ahorrar derivaciones, pero también porque cualquier cosa que ocurre en el esqueleto de un niño, cualquier enfermedad osteomuscular, va a tener repercusión sobre toda su vida. Si no diagnosticas una infección o una alteración en la marcha, por ejemplo, tampoco vas a ser capaz de tratarlo y va a tener un efecto a largo plazo. El objetivo del curso no es ni ir a las cosas más específicas ni a las más complicadas o extrañas, sino coger los problemas más frecuentes para poder desenvolvernos y diferenciar lo que importa de lo que no importa.

P.— ¿Cuáles son los problemas más frecuentes que suelen aparecer en pacientes de edades tempranas?

R.— Fundamentalmente son pies planos, alteraciones de la marcha y del eje de las piernas, escoliosis y problemas de espalda y cadera. Cualquiera de estos problemas son por los que más consultan los padres a los pediatras, y son los que más nos derivan los pediatras para poder valorar.

P.— ¿Qué conclusiones le gustaría que sacaran las personas que vayan a realizar este curso?

R.— El objetivo es dar de una forma sencilla las pautas básicas para el manejar y orientar a los pacientes que acuden con cualquier problema desde el punto de vista ortopédico. Más que tratar, se trata de poder discernir entre lo importante, aquello que precisa una valoración a cargo de un especialista en traumatología infantil, y las cosas que forman parte del desarrollo y del crecimiento normal de un niño.

P.— ¿Por qué cree que existe esta ‘laguna’ en la formación de los pediatras?

R.— Depende de la especialización. Normalmente Pediatría es el equivalente a la Medicina Interna de los adultos. Ellos lo manejan todo pero ciertos aspectos más específicos como cirugía pediátrica, otorrinolaringología, etc., dependen mucho más de los especialistas. El déficit es formativo: aunque por supuesto hay centros donde trabajamos traumatólogos infantiles, no existe de forma oficial como tal la especialidad de Traumatología Infantil.

P.— ¿Cuál ha sido la experiencia durante la pandemia?

R.— Al no disponer de una atención normal en los centros de salud y en los de especialidades, muchas veces la gente ha tirado de Internet. El problema con lo que te encuentras allí es que no se sabe quién lo escribe ni cuáles son sus objetivos. Eso provoca que se generen muchos mitos e ideas preconcebidas y que cosas que se podían haber tratado no hayan tenido un seguimiento correcto.

P.— ¿Cómo ha repercutido el covid entre sus pacientes?

R.— La mayoría de los niños que pasan por la consulta suelen estar sanos. Las enfermedades crónicas llegan con la edad adulta. Los que sí se han visto afectados por la pandemia han sido aquellos niños que sufren trastornos neurológicos o que necesitan un apoyo no sólo médico sino también con fisioterapia y rehabilitación para desenvolverse en su vida. Tener que estar recluidos les ha afectado.

P.— ¿Cree que el medio online es el ideal para cursos de este tipo? ¿Qué ventajas le encuentra?

R.— Cuando la formación no tiene un carácter eminentemente práctico, de técnicas o habilidades relacionadas con la medicina, la manera por la que todo el mundo puede acceder a ella es online. Hace 30 años querías escuchar la charla de un especialista porque sabía mucho de Traumatología o Neumología e ibas a verle porque no tenías otra manera de acceder a ello. Eso ha cambiado radicalmente: la formación online te permite llegar a todos esos sitios y a la gente que tiene más experiencia, dejando la parte práctica para los cursos presenciales. Tener acceso a los contenidos independientemente de donde viva o en qué medio trabaje es muy positivo.

P.— ¿Piensa que la formación virtual está aquí para quedarse?

R.— Es más una realidad que algo que sea todavía de futuro. De hecho, prácticamente el 50% de los cursos que tenemos ahora se imparten en modo ‘webinar’ y sólo se reservan las partes sobre habilidades prácticas o técnicas propias de la especialidad. Tener este formato online que te ofrece una educación sin límite de horarios, sin gastos en traslados ni hoteles y sin la necesidad de pedir permisos en tu trabajo, es una gran ventaja.